¿DÓNDE PUEDO HALLAR UN HOMBRE
QUE SE HAYA OLVIDADO DE LAS PALABRAS?
EL SERÍA EL ÚNICO
...CON EL QUE ME GUSTARÍA CONVERSAR.
Sólo con un sabio vale la pena hablar. Sólo a un sabio vale la pena escuchar. Sólo con un sabio vale la pena vivir.
¿Qué es un sabio? Un bote vacío; sin palabras dentro; el cielo vacío sin nubes. Ni sonido, ni ruido; nadie loco, sin caos en su interior, una continua armonía, un equilibrio, un balance. Vive como si no viviera. Está como si estuviera ausente. Se mueve, pero nada se mueve en él. Habla, pero el silencio interior está ahí. Nunca se altera; usa las palabras, pero las palabras son meros vehículos; a través de esas palabras te está transmitiendo algo que está más allá de las palabras. Y si te agarras y cuelgas de las palabras, lo perderás.
Cuando escuchas a un sabio, no escuchas sus palabras, son secundarias, son superficiales, son periferia pura. Escúchalo a él, no escuches sus palabras. Cuando las palabras te alcancen, déjalas de lado como haría el viajero que ha atravesado el mar: él deja el bote y sigue. Deja el bote y sigue. Si sigues llevando el bote, estás loco. Toda tu vida se volverá una carga, estarás agobiado por el bote. Un bote no es para ser llevado sobre la cabeza. Siéntete agradecido, eso está bien, pero acarrear con el bote sobre tu cabeza es demasiado.
QUE SE HAYA OLVIDADO DE LAS PALABRAS?
EL SERÍA EL ÚNICO
...CON EL QUE ME GUSTARÍA CONVERSAR.
Sólo con un sabio vale la pena hablar. Sólo a un sabio vale la pena escuchar. Sólo con un sabio vale la pena vivir.
¿Qué es un sabio? Un bote vacío; sin palabras dentro; el cielo vacío sin nubes. Ni sonido, ni ruido; nadie loco, sin caos en su interior, una continua armonía, un equilibrio, un balance. Vive como si no viviera. Está como si estuviera ausente. Se mueve, pero nada se mueve en él. Habla, pero el silencio interior está ahí. Nunca se altera; usa las palabras, pero las palabras son meros vehículos; a través de esas palabras te está transmitiendo algo que está más allá de las palabras. Y si te agarras y cuelgas de las palabras, lo perderás.
Cuando escuchas a un sabio, no escuchas sus palabras, son secundarias, son superficiales, son periferia pura. Escúchalo a él, no escuches sus palabras. Cuando las palabras te alcancen, déjalas de lado como haría el viajero que ha atravesado el mar: él deja el bote y sigue. Deja el bote y sigue. Si sigues llevando el bote, estás loco. Toda tu vida se volverá una carga, estarás agobiado por el bote. Un bote no es para ser llevado sobre la cabeza. Siéntete agradecido, eso está bien, pero acarrear con el bote sobre tu cabeza es demasiado.
Iván dice: "Me gusta. Me gusta mucho". :)
ResponderEliminarEl blog cada dia és millor. Enhorabona!