el cuerpo y aprieta el puño
con ojo de enfado
Damos un paso a la
izquierda y doblamos las rodillas para adoptar la posición de un jinete.
Mantenemos derecha la parte superior
del cuerpo, con los muslos paralelos al suelo. La pelvis girada,
mantiene recta la columna, sin flexionar las vértebras lumbares. Las rodillas
no han de sobrepasar la punta de los pies, caso contrario podemos hacernos
daño.
Doblamos los brazos hacia el cuerpo a la altura
de la cintura, los puños cerrados con el dorso de la mano hacia abajo y
relajados. La vista se dirige hacia el frente, los ojos bien abiertos.
(inhalamos) Desplegamos el brazo izquierdo hacia el frente
mientras apretamos el puño con fuerza, el círculo formado por el pulgar y el
índice queda mirando el cielo. El puño apretado con fuerza y la mirada fiera
centrada en un punto imaginario al horizonte. Los músculos de cara, cuello y
hombros han de estar relajados.
(exhalamos) Relajamos la mirada y los puños mientras el
brazo regresa a la altura de la cintura.
Repetimos el movimiento con el puño derecho.
El qi del
hígado "ensancha el yang y despliega el yin". Se regula la energía
generada con los ejercicios precedentes transmitiéndola a los músculos.
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