Ba Duan Jin se traduce como las ocho piezas del
brocado y esto quiere decir que la práctica de estos ocho ejercicios es capaz
de hacer del cuerpo algo tan maravilloso como el bordado más fino de oro,
también se conoce como Las Ocho Joyas del Tai Chi porque son muchos los
beneficios que reporta a los practicantes de Tai Chi.
Hay muchas variaciones de los ocho ejercicios, en
especial de la forma de pie que es la más popular. Es importante entender la
intención de los mismos, su raíz. Si comprendemos esta intención entenderemos
cualquiera de sus variantes y su ejecución será efectiva. La práctica de los
ejercicios requiere relajación, suavidad y cierta perfección. La respiración
debe ser ligera y acompañar a los movimientos. Las variaciones practicadas
deben ser acordes a nuestra capacidad para avanzar gradualmente (uno, dos o
tres años).
Según nuestro nivel u objetivos acentuaremos unos
u otros aspectos en su práctica, gimnástica, visualización, etc,.
Reposamos un momento en
la posición de Wu Chi . De pie con
los pies separados el ancho de hombros y la cadera ligeramente basculada, ayudados
mediante una ligera flexión de las piernas. Sonreímos desde el corazón (figuradamente) y tomamos conciencia de nuestro centro de
gravedad cuatro dedos por debajo del ombligo.
Nos agachamos ligeramente, con la espalda recta y sin sacar las nalgas. Cruzamos las manos delante del abdomen con las palmas mirando hacia arriba.
Elevamos al mismo tiempo las manos y el cuerpo.
La respiración desciende hasta el abdomen. Los pulmones se llenan al tiempo que
ascendemos aspirando. Al llegar al pecho las palmas giran hacia nosotros para
orientarse hacia el cielo.
Seguimos levantando las palmas al tiempo que
elevamos los talones. Finalmente sostenemos el cielo totalmente
extendidos, mientras hundimos las puntas de los pies en la tierra (ver nota)
Cuidaremos que, al elevar las manos, lleguen a
quedar en ángulo recto en relación a los brazos y que los brazos estén rectos.
Relajamos la musculatura de los hombros, brazos y cuello. La pelvis ha de estar
basculada y la espalda recta.
Haremos la intención de empujar hacia arriba y
abriremos despacio los brazos hacia los lados como si fuésemos un pájaro que
despliega sus alas, en un círculo amplio; mientras espiramos lentamente
vaciando los pulmones de arriba hacia abajo al ritmo de los brazos.
Repetiremos este ejercicio un número fijo de
veces, 6, 9, 12, 24, 36 según la planificación de la sesión.
La respiración nunca
debe ser forzada por lo que la velocidad del ejercicio dependera de la
respiración y no lo contrario.
Este
ejercicio activa la circulación del triple calentador ( Sanjiao
), un órgano definido en la MTC, sin correspondencia física, cuyo objeto es
sintetizar y distribuir la energía (Qi) en el cuerpo. El triple
calentador tiene tres áreas o calderas, el quemador superior, situado
encima del diafragma y relacionado con la respiración, el quemador medio,
situado en la zona del estómago y relacionado con la digestión, y el quemador
inferior situado en la zona pélvica y relacionado con la eliminación.
A nivel de respiración desarrollamos una
respiración completa, abdominal, torácica y clavicular.
También efectuamos un estiramiento del tejido
conjuntivo que sujeta a los órganos internos que reciben una masaje suave, y de
los tendones y notamos como se liberan los bloqueos producidos por la tensión
acumulada, gracias a la acción integral de huesos, tendones, músculos y
órganos.
Este
ejercicio debe realizarse sintiendo el chi. ¿ Que es el Chi ? pregunté en una
ocasión a un Maestro - El Chi no se dice, el Chi se siente, fué su respuesta.
Podemos
sentir el Chi como el hormigueo que se produce al iniciar el estiramiento. Esta
sensación no se ha de bloquear forzando la posición. Primero las manos
ascienden al cielo y el chi que asciende es el que nos estira y nos lleva a
elevarnos sobre la punta de los pies.
Los ojos
siguen a las manos y la cabeza se inclina ligeramente hacia atrás. Al tirar la
cabeza hacia atrás lo hacemos para evitar el bloqueo del chi, esta posición no
debe ser forzada pues el efecto sería el contrario del deseado.
Estos
estiramientos deberían recordarnos a los que se producen de forma natural
cuando deseamos desperezarnos o al despertar. Es frecuente observar este tipo
de estiramientos en los animales domésticos: gatos, perros. Quien haya tenido
oportunidad de observarlos debería emular el mismo espíritu.
Las
personas que tengan dificultad en sostener el equilibrio no deberían elevarse
más que en la medida en que puedan mantener el equilibrio. Esto ayudará a que
lo desarrollen.
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